Voy a reírme cuando pasen 20 años y piense en los primeros días de AVILOHOME:
Estábamos en pleno covid, nadie viajaba, y tenía como competidores gestores con décadas de experiencia y masivas carteras de alquileres turísticos.
Cuando compites directamente con los gigantes, te sientes inferior. Impotente. Como cuando tienes 8 años y te meten en el partido de fútbol con los que tienen 15.
Y cuando eso pasa te entran muchas dudas.
Yo en este caso ni sabía que existía una plataforma que se llama Airbnb…
Tuve dudas durante todo mi primer año de AVILOHOME.
Las tenía mientras fui puerta a puerta a las casas en venta, mientras llamaba a los carteles inmobiliarios aplastadas en vallas y mientras compartía mi proyecto con cada persona que conocía.
Tenía esas dudas cada día. Las tenía hasta que un día me llamó un propietario que quería alquilar su piso pero no sabía si era capaz porque estaba demasiado ocupado para gestionarlo el mismo.
Aquello fue un gran día.
En esa etapa no teníamos los sistemas como los que tenemos ahora: análisis de rentabilidad, filtros de huéspedes, escalas de precios, lavandería, etc.
Era sobre la marcha, aprendimos muchísimo cada día, y con la confianza de los primeros propietarios, nos marcamos un objetivo simple y sencillo:
mejorar día tras día hasta crear sistemas que aumentan la calidad y la rentabilidad de sus propiedades.
Salir vivos de la prueba de fuego del primer año nos dejó clara una idea: no vamos a ser un gestor con 40+, 50+, ni 60+ pisos en nuestra cartera.
¿Ganaríamos más? Muchísimo más.
¿Tendríamos el volumen de pisos como los grandes gestores de Galicia? Claro que sí.
¿Podríamos presumir que gestionamos los mejores alquileres turísticos de Galicia? Obviamente.
Somos, y vamos a seguir siendo, el gestor que comenzó tocando puertas gallegas para conseguir la confianza de ese primer propietario. También el que mantiene las reseñas y buenas evaluaciones.
Y seguiremos siendo el gestor que creó su sistemas de trabajo y rentabilidad basados en el aprendizaje de estar al lado de los propietarios como la vez que me llamaron a las seis por la mañana quejándose por las gaviotas en la azotea o el propietario que quería exprimir ingresos adicionales antes de vender su propiedad.
Sí, así nos gusta. Al lado de los propietarios.
Nunca seremos lo más grande, pero sí sabemos cómo hacerle triunfar a un propietario.